Síndrome de piernas inquietas en padres e hijos

Criar a un niño con síndrome de piernas inquietas (SPI) puede ser una experiencia abrumadora para cualquier familia. Este trastorno crónico afecta hasta al 10% de los niños y puede provocar un malestar físico y mental importante. Si bien no existe cura para el SPI, existen varios tratamientos y estrategias que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de un niño. Como padre, es importante comprender esta afección, sus causas y los tratamientos disponibles. Con el conocimiento y el apoyo adecuados, puede ayudar a su hijo a controlar su SPI y vivir una vida cómoda y plena.

¿Qué es el síndrome de piernas inquietas?

El síndrome de piernas inquietas (SPI) es una afección neurológica caracterizada por una necesidad incontrolable de mover las piernas. Este impulso suele ir acompañado de sensaciones incómodas, como picazón, hormigueo, ardor y hormigueo. Las sensaciones pueden ser leves o graves y, a menudo, su intensidad fluctúa con el tiempo. Estas sensaciones sólo desaparecen cuando las piernas se mueven. El SPI a menudo se diagnostica erróneamente como insomnio o ansiedad. A diferencia del insomnio, el SPI puede ocurrir en cualquier momento del día, incluso durante el sueño. A diferencia de la ansiedad, el SPI no es un trastorno psicológico y no responde a los medicamentos contra la ansiedad. El SPI es una afección crónica, pero se puede controlar eficazmente con el tratamiento adecuado y ajustes en el estilo de vida.

Síntomas del SPI en niños

Hormigueo o entumecimiento en las piernas Los niños con SPI pueden experimentar una sensación de hormigueo o entumecimiento en las piernas. Esto se puede sentir en una pierna o en ambas. Cuando están en posición de reposo, la sensación puede aumentar. Cuando mueven las piernas, la sensación puede disminuir. Algunos niños también pueden experimentar entumecimiento en las manos como resultado del SPI. Los calambres son otro síntoma común del SPI en los niños. Los calambres en las piernas se pueden sentir en una pierna o en ambas. También pueden sentirse en los pies o, en casos raros, en las manos. Algunos niños con SPI se vuelven inquietos, impulsivos e impacientes. Esto puede ser particularmente notorio durante el sueño. El SPI puede provocar un aumento del tono muscular, que se caracteriza por un aumento de la tensión muscular y espasmos en las piernas.

Causas del SPI

El SPI es una condición hereditaria que tiene un fuerte componente genético. Si bien no se comprende completamente la causa exacta del SPI, se cree que existe una alteración en los neurotransmisores del sistema nervioso central. Algunas afecciones médicas que pueden desencadenar el SPI en los niños incluyen anemia por deficiencia de hierro, trastornos endocrinos (por ejemplo, deficiencia de la hormona del crecimiento), hipertiroidismo y trastornos renales. También existen algunos factores ambientales que pueden desencadenar el SPI en los niños, como la exposición a la cafeína, los ruidos fuertes, el estrés y la falta de sueño.

Diagnóstico

No existe ninguna prueba de diagnóstico para el SPI en niños. En cambio, el médico busca ciertos síntomas y hace un diagnóstico diferencial. Un diagnóstico diferencial es una lista de condiciones que potencialmente podrían causar los síntomas que experimenta el niño. El médico le preguntará sobre el historial médico, los síntomas, los hábitos de sueño y la dieta de su hijo. También realizarán un examen físico para descartar otras posibles causas de los síntomas de su hijo. El diagnóstico de SPI se basa en lo siguiente. La presencia de los síntomas enumerados anteriormente es esencial para realizar el diagnóstico de SPI. El médico descartará cualquier otra condición potencial que pueda causar los síntomas.

Opciones de tratamiento

El tratamiento que funciona mejor para cada niño es diferente y depende de los síntomas, la edad y otros factores del niño. En términos generales, las opciones de tratamiento para el SPI en niños son las mismas que para los adultos. Una de las opciones de tratamiento más comunes para el SPI en niños es el uso de estimulantes. Los estimulantes se utilizan a menudo para tratar los síntomas del SPI. Los suplementos de hierro se utilizan a menudo para tratar la anemia por deficiencia de hierro, una afección común en el SPI. Otros medicamentos que a veces se usan para tratar los síntomas del SPI incluyen anticonvulsivos, antidepresivos y opioides. Otras opciones de tratamiento para el SPI en niños incluyen. Una de las formas más efectivas de tratar el SPI es cambiar el entorno o los hábitos. Esto puede incluir cambiar la dieta o la rutina de sueño. Las investigaciones sugieren que el ejercicio regular puede ayudar a reducir los síntomas del SPI.

Habilidades de afrontamiento

Vivir con SPI puede ser un desafío tanto para el niño como para sus padres. Para hacer frente a esta enfermedad crónica, es importante mantener una actitud positiva y solidaria. Aquí hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a sobrellevar el SPI. Manténgase informado: cuanto más aprenda sobre el SPI, mejor preparado estará para apoyar a su hijo y controlar el trastorno. Construya una red de apoyo; tener una red de amigos y familiares que tengan conocimientos sobre el SPI puede ayudarle a sobrellevar la situación. Cuídate, puedes ser el mejor apoyo para tu hijo si te cuidas. El viaje del SPI es largo y difícil. Acepte el viaje tal como es y tenga paciencia tanto con usted como con su hijo.

Recursos

Si vive con un niño que tiene SPI, es importante encontrar un grupo de apoyo que se centre en el SPI. Hay muchos blogs escritos por padres de niños con SPI que pueden ayudarle a comprender mejor el trastorno. Hay varios libros para niños que se centran en el SPI. Leer libros escritos para niños con SPI. Hay varios libros escritos para niños con SPI. Estos libros a menudo ayudan a los niños a comprender mejor sus trastornos. Existen muchas comunidades en línea donde los padres de niños con SPI pueden conectarse.